martes, 2 de abril de 2013

Me encuentro despertando con un día gris afuera, y acá adentro no hay nada que hacer; siento una gran pena que me condena, y la soledad cada ves me muestra mas su lado obscuro, ya no se en que momento llorar, o si vale la pena seguir llorando por una causa perdida, por alguien que ni siquiera se preocupa en saber como estas. Hay veces que la soledad es la peor compañía, porque te condena con recuerdos que ya creías perdidos, con falsos sueños rotos, o con abrazos no dados. Me encantaría encontrar un camino lejos de la soledad maldita que me condena.

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